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Cómo puede ayudar el dinero electrónico a los estudiantes que se retrasan en los pagos de sus préstamos universitarios

La mayoría de estadounidenses creen que la educación universitaria es importante. Pero existe un número cada vez mayor de gente joven para la que los gastos de asistir a clase y obtener un grado universitario son cada vez más prohibitivos.

Entre 2000 y 2020 el coste de la formación universitaria ha aumentado más del doble, con una tasa al alza del 6,8% anual.

Y, aún con todo, a pesar de que los empleados con titulo universitario ganan de promedio un 75% más que los que solo tienen una educación superior, un título universitario no garantiza un trabajo con un buen sueldo.

Y, para esos estudiantes universitarios que trabajan por un salario mínimo y no llegan a final de mes, pagarse una carrera universitaria es una lucha constante.

¿Cuánto cuesta ir a la universidad?

Las últimas cifras de la Iniciativa de Datos de la Educación sitúan el gasto de una carrera de 4 años en hasta 27.023€ al año en una universidad pública y hasta 35.807€ al año en una universidad privada.

Y estas sumas solo cubren las clases.

Si se suman los gastos de libros, libretas y otros materiales de estudio, además de gastos de vivienda y manutención e intereses de créditos de los estudiantes, el gasto de una licenciatura puede llegar a los 53.217€ al año o lo que es lo mismo: la friolera de 212.868€ en cuatro años.

No es sorprendente, pues, que el 51% de graduados universitarios declaren que las deudas universitarias les hayan forzado a postponer importantes decisiones vitales como casarse, comprar su primer hogar o tener hijos.

Y lo que aún es peor, las deudas estudiantiles ponen a un número significativo de estudiantes en dificultades económicas.

Según el Departamento de estadísticas oficiales de Educación, el 30% de los estudiantes está endeudado, ha dejado de realizar sus pagos o se ha retrasado con los pagos de sus deudas estudiantiles en los primeros seis años después de licenciarse.

Situación de estancamiento

Pese a que la pandemia del COVID-19 ha tenido un impacto significativo en el mercado laboral (en 2020, solo el 50,2% de los licenciados consiguió un trabajo bien remunerado al cabo de seis meses de haberse licenciado), la cifra de licenciados que trabaja en empleos con salarios bajos y que lucha a diario para pagar sus deudas estudiantiles ha aumentado gradualmente durante muchos años.

El salario de primeros empleos que requieren un título universitario se encuentra en máximos históricos. Igual que la competición por conseguir dichos empleos.

Como resultado, como explica el Banco de la Reserva Federal de Nueva York, los empleados de entre 22 y 27 años que tienen una licenciatura o un título superior tienen más probabilidades de estar desempleados o de tener un empleo por debajo de sus posibilidades (es decir, trabajos de bajo salario para los que están sobrecualificados) que cualquier otro sector de la población.

Con salarios de 25.000€ anuales o inferiores y un mercado laboral que dificulta la mejora de sus expectativas, estos empleados luchan para poder pagar alquileres, facturas y otros gastos diarios, además de tener que devolver sus préstamos estudiantiles.

Pero incluso cuando consiguen apretarse el cinturón y ahorrar para pagar algo de sus deudas de estudiante, se encuentran con dos obstáculos críticos.

En primer lugar, muchos de los trabajos de bajo salario (en particular, los de hostelería y del mercado por encargo), se pagan al menos parcialmente con dinero en efectivo.

En segundo lugar, es más probable que los empleados con salarios bajos no tengan banco o que no puedan acceder a todos los servicios bancarios, porque el nivel de ingresos y el acceso a la banca están fuertemente relacionados.

Cuando la Corporación de Seguros del Depósito Federal estudió a distintas familias para ver cómo se organizaban a nivel bancario, el 50% de los encuestados que no tenía una cuenta bancaria afirmó que se debía a no poder cumplir con los requisitos mínimos de depósito o a no poder permitirse las comisiones.

Simplificando: cuanto menos dinero tienes, más caro es acceder a los servicios financieros.

Pagar los alquileres de estudiante es más fácil con el dinero electrónico

A causa de su dependencia del dinero en efectivo y la limitación o falta de acceso a los servicios de banca tradicionales, los licenciados que trabajan en empleos con salarios bajos a menudo se encuentran atrapados en un círculo vicioso y no pueden pagar sus deudas.

Mientras tanto, los intereses siguen aumentando y las deudas son cada vez más inasequibles.

A pesar de que la crisis de la deuda estudiantil ha bajado por varios motivos complejos, muchos de los cuales tienen su raíz décadas atrás, está claro que la elección del método de pago no está ayudando. Las empresas de préstamos estudiantiles no aceptan el dinero en efectivo. De este modo, los empleados con sueldos bajos que no tienen acceso a una cuenta bancaria, una tarjeta de crédito o una de débito no pueden hacer devoluciones, incluso si han ahorrado algo de dinero.

Jan Marc Kuelper 

SVP, Enterprise Sales, North America
Paysafe 

Expandir el abanico de métodos de pago para incluir una solución de dinero electrónico daría a los estudiantes una oportunidad de romper el círculo al permitirles realizar pagos con un método de pago al que tienen acceso inmediato.

Expandir el abanico de métodos de pago para incluir una solución de dinero electrónico daría a los estudiantes una oportunidad de romper el círculo al permitirles realizar pagos con un método de pago al que tienen acceso inmediato.

Pero las empresas de préstamos a estudiantes también se benefician porque pueden reducir la cifra de préstamos estudiantiles en mora o en indulgencia de morosidad mediante un método de pago barato que es el preferido por los clientes que, de otra forma, tendrían muchas dificultades.

Aceptar pagos a través de dinero electrónico es tan simple como incrustar un código de barras en un extracto de préstamo mensual. El extracto puede enviarse por correo o descargarse de forma electrónica. Y, una vez que se haya recibido, se puede imprimir, llevar a la tienda de pagos más cercana y liquidar con dinero en efectivo.

Y un elemento que es crucial: las empresas de créditos estudiantiles no tienen que abrir sitios físicos ni emplear a más trabajadores para poder aceptar pagos en efectivo. Las empresas que ofrecen pagos con dinero electrónico tienen una amplia red de hasta 70.000 establecimientos a lo largo de todo Estados Unidos, donde cualquiera puede entrar, escanear el código de su factura y pagar en efectivo.

Las universidades deben ampliar horizontes, no enterrarte en deudas

Con la enorme cifra de 1,7 trillones de dólares en noviembre de 2021 (solo superada por la deuda hipotecaria), la deuda estudiantil ha alcanzado niveles críticos.

Pero, lo que es peor, la población de niveles socioeconómicos más bajos tiene mayor probabilidad de verse afectada negativamente.

Los gastos en alza suponen que estas personas tendrán que solicitar más dinero para permitirse ir a la universidad. A la vez, también es más probable que tengan que hacer grandes esfuerzos para devolver sus préstamos de estudiantes. Esto se traduce en que lo que otrora fue una forma de mejorar las perspectivas de la gente, ahora cada vez empeora más las cosas.

En palabras del Centro de Progreso Americano, un instituto de políticas independiente y sin afiliación política:

"Entender quien entra en situación de retraso de pagos [en los créditos estudiantiles] y por qué es importante no solo a causa de las graves consecuencias a las que se enfrentan los prestatarios cuando terminan en esta situación..."

"La gente joven que observa cómo sus padres o compañeros pierden reembolsos de impuestos muy necesarios de las deudas estudiantiles o que oyen que la universidad no era para ellos pueden volverse escépticos con respecto a los beneficios de conseguir una educación superior."

Pese a que no existen soluciones fáciles o arreglos rápidos, ofrecer a los estudiantes más opciones de pago puede suponer una diferencia significativa.

Permitir a los estudiantes utilizar el dinero electrónico puede liberar parte de la carga al hacer que las devoluciones de crédito sean más cómodas y accesibles para todo el mundo, independientemente de quién seas, cuánto dinero gastes o de si tienes acceso a una cuenta bancaria o no.